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miércoles, 28 de enero de 2015

Nada que decir y mucho que perder

La reina de corazones nuca ha estado enamorada.



Ojalá sepas cuidarte
de todo a lo que te enfrentas
y yo sepa salvarme
de todos mis monstruos.
Voy a acabar
poniéndole nombre
a las lágrimas
y a las noches en vela,
que parecen ser las únicas
que no abandonan.

Y ahora,
cómo de costumbre,
intentaré
olvidar que aún tengo
heridas abiertas
y tú no tienes
ganas de curarlas,
acostumbrarme a
verme más fea
por no ser tú quién me mira.

Creo que nuestro fantasma
es que somos demasiado grandes
cómo para abrazarnos,
que tenemos tanto
que no podemos con lo del otro.

En cuanto a mí,
ya sabes que
yo lo guardo todo
para no coger frío,
que están viniendo
un
montón
de
nubes
negras
y mi parte sensible
sigue en las cuerdas.

Y qué va a pasar
con todos los sitios
qué hicimos de los dos.
Dicen
que nos echan de menos,
que cuándo vamos a volver.
Y yo sólo puedo
sentarme cerca
y llorar con ellos tus ausencias.

Pero tranquilo,
espero aprender
a vivir sin ellos
a cambio de
unos pocos
dolores de corazón

                                   Lagartija.

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